¿Estás empezando a trabajar con siliconas para hacer moldes? ¡Genial! Es un material increíblemente versátil y divertido, pero como todo proceso artesanal, tiene su curva de aprendizaje. Y sí, todas hemos cometido errores al principio (más de una vez).
Ya sea que uses silicona líquida o silicona en pasta, hay ciertos fallos que se repiten una y otra vez. Por suerte, tienen solución fácil si sabes qué los causa. En este post te comparto los tres errores más comunes al aplicar silicona para hacer moldes, con ejemplos reales y consejos prácticos para que no te pase… o para que, si te pasa, sepas cómo arreglarlo la próxima vez.
Además, en el vídeo que acompaña este post, verás en directo la comparación: lo que NO hay que hacer frente a la técnica correcta, explicado paso a paso y con texto en pantalla para que no se te escape ningún detalle.
Error 1: No respetar bien la proporción o no mezclar a fondo
Este es un clásico, sobre todo con siliconas de dos componentes (ya sean líquidas o en pasta). Puede que tengas prisa, que te fíes del ojo o que no mezcles del todo bien… y el resultado suele ser el mismo: el molde no endurece bien, queda con zonas blandas, pegajosas o incluso se rompe al intentar desmoldar.
¿Te ha pasado esto alguna vez? Que esperas horas (o días) y sigue como chicle. Tranquilo/a, es más común de lo que parece.
¿Por qué ocurre?
Porque cada silicona tiene una proporción específica (1:1, 10:1, etc.), y si no se respeta al gramo o no se mezcla de forma homogénea, los componentes no reaccionan bien. En el caso de la pasta, si no amasas suficiente, pueden quedar zonas sin mezclar que luego no curan.
Solución práctica:
- Usa siempre una balanza digital si la mezcla requiere precisión, o el vaso medidor que venga con el kit.
- En el caso de siliconas líquidas, mezcla al menos dos minutos con movimientos envolventes y sin batir, para no generar burbujas.
- En las siliconas en pasta, amasa como si fuera plastilina hasta que el color sea completamente uniforme. No deben quedar vetas ni zonas desiguales.
Consejo extra: Haz pruebas con una pequeña cantidad antes de lanzarte a un molde grande. Así detectas posibles problemas sin desperdiciar material.

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Error 2: Aplicar la silicona de forma incorrecta sobre el modelo
Tanto en pasta como en líquido, es vital aplicar la silicona con técnica, no simplemente “echarla encima”. Si lo haces mal, te arriesgas a que salgan burbujas de aire, huecos o detalles mal copiados. Y eso es frustrante, porque un buen molde depende precisamente de que todo quede bien cubierto.
Ejemplo típico: haces un molde de una pieza bonita… y al desmoldar, ¡tiene burbujas justo en la parte más importante!
¿Por qué ocurre?
En silicona líquida, el error suele ser verter directamente sobre el modelo desde muy cerca, lo que atrapa aire. En la pasta, a menudo no se presiona lo suficiente en la primera capa, dejando zonas sin contacto real con el modelo.
Solución práctica:
- Si usas silicona líquida, viértela desde unos 20 cm de altura, dejando que caiga en hilo fino y constante. Apunta a una esquina del molde para que fluya sola sobre la figura.
- Si trabajas con pasta, empieza con una capa fina aplicada con los dedos, cubriendo bien todos los detalles, y luego añade más cantidad encima.
- Para ambas opciones, si tienes alcohol isopropílico a mano, puedes pulverizar ligeramente para romper burbujas en la superficie.

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Error 3: Desmoldar antes de tiempo
Uno de los errores más comunes no tiene que ver con la silicona en sí, sino con la impaciencia al momento de desmoldar. Aunque el molde parezca seco por fuera, internamente puede que aún no haya curado del todo.
¿Qué suele pasar?
El molde se deforma, se rompe al sacarlo o queda con zonas pegajosas que arruinan los detalles.
¿Por qué ocurre?
Porque no se respetaron los tiempos de curado indicados por el fabricante, o porque el ambiente era muy frío o húmedo, lo que ralentiza la catalización.
Solución práctica:
Consulta siempre el tiempo de curado de la silicona que estás usando. Si la temperatura es baja, da un margen extra de horas para asegurarte de que ha curado completamente.
Evita tocar o manipular el molde antes de tiempo, aunque parezca seco al tacto.
Tip artesanal: Si tienes dudas, deja curar toda la noche en un lugar estable y cerrado para evitar corrientes de aire o polvo.